miércoles, 27 de julio de 2016

Las tablas de la ley

¿Qué conocemos de los 10 mandamientos? ¿De las tablas de la ley? ¿Para qué sirve y por qué existe la ley? Está bien, son muchas cosas, pero trataremos de hablar un poco de esto en este artículo.


La historia

       El concepto de “los 10 mandamientos” es popularizado principalmente al catecismo católico, en el que se expresan estas 10 declaraciones de forma explícita, a pesar de que en la biblia jamás se expresa una lista específica de 10 puntos a seguir.
        Poniendo sólo un poco de antecedente, cuando el pueblo de Israel era oprimido por el pueblo egipcio, Dios habló con Moisés y le prometió usarlo para liberar a los israelís de la esclavitud. Moisés obedeció y aunque Faraón no los quiso dejar salir, Dios envió 10 plagas sobre el pueblo de Egipto, de forma que finalmente los dejaron ir.
        Aunque la historia es un poco más larga y compleja, eso es necesario para comprender que al salir de Egipto, el pueblo israelí tuvo que cruzar un desierto nada grato. Al poco tiempo de su libertad, Moisés subió a un monte donde habló personalmente con Dios.
       En este monte, Dios habló con Moisés y le comunicó lo que actualmente se le conoce como “La ley” o “La ley de Moisés”. Lo más básico de esta ley es expresado claramente en el capítulo 20 del libro de Éxodo, y es a este pasaje al que se atribuyen los 10 mandamientos. Esta ley fue escrita por Dios mismo en dos tablas de piedra y se las entregó a Moisés.
       Lamentablemente, el pueblo de Israel sintió que pasaba mucho tiempo y Moisés no volvía, así que comenzaron a desviarse por la adoración a un falso dios creado por ellos mismos. Así Dios le dice a Moisés que baje con ellos, y al bajar, Moisés enojado arroja las tablas y éstas se rompen (Éxodo 32).
       Poco después de este incidente, Dios le ordena a Moisés conseguir dos tablas de piedra nuevas iguales a las anteriores y volver a escribir lo que en ellas había (Éxodo 34).

Algo a tomar en cuenta

       Psicológicamente somos dados a sentir que la “Ley”, los “mandatos” y las “órdenes” son cosas obligatorias y por lo tanto nos desagradan en automático. Esto ha hecho que los 10 mandamientos gocen de poca popularidad, ya que se ven como “imposiciones divinas”. Sin embargo hay siete puntos importantes que tomar en cuenta antes de pensar así:
       1) Dios y Moisés entendían bien entre ellos que la ley no era una condición para la salvación, ni una serie de pasos a seguir para ser salvo; en realidad eran la simple respuesta de agradecimiento de un pueblo ante el Dios que los liberó de la esclavitud para darles tierras de ensueño.
      2) La ley era también la expresión viva del pacto realizado entre Dios y el pueblo de Israel. Cuando uno hace un pacto de negocios es porque ambos salen beneficiados, y además, la conducta de alguno de ellos (o ambos) se ve modificada a raíz de ello. Es igual entre Dios y su pueblo.
       3) La ley ayudaría físicamente a Israel a obtener la promesa y potenciar su capacidad de ser usados por Dios para cumplir una misión especial en esta tierra.
       4) La ley era la revelación del amor y la gracia de Dios, era la muestra del privilegio de haber sido elegidos por el único y sabio Dios como su pueblo escogido.
      Esto también se puede ver en lo que nuestra hermana Bárbara Garibay comenta en este mismo ejemplar de Fortaleza en su artículo, donde menciona que todas las restricciones alimenticias que se realizan en la ley son para beneficio de la salud humana. Restricciones que Dios hizo mucha antes de que el humano descubriera sus efectos negativos.
       5) El cumplimiento de la ley no era una obediencia ciega de autómata programado, sino la expresión de amor y agradecimiento de un pueblo salvado.
       6) Los mandamientos no son ordenados por prioridad ni orden específico alguno por Dios, lo que hace que no se le dé mayor importancia a alguno.
       7) Las leyes son fácilmente acatables por cualquiera, no se le exige al pueblo nada que este fuera del poder humano. Incluso la mayoría de ellas eran normas sociales comunes en la mayoría de los pueblos de la época.

Posterior a Moisés

       Resulta lamentable que a pesar de estos 7 puntos recién mencionados, el pueblo de Israel se esforzó en convertir la ley de Moisés en un reglamento obligatorio para la espiritualidad y la salvación.
       Por esto es que Dios habla a su pueblo constantemente por medio de profetas que exhortaban al pueblo por haber cambiado la piedad y el amor por rituales mecanizados (Isaías 1: 10-17; Oseas 6: 6; Amós 5: 21-24; Miqueas 6: 6-8).
       Así mismo, Jesús al traer mayor gracia y salvación a la humanidad entera, exhorta también a sus discípulos y a todo el que lo escuchaba a no malinterpretar la ley, sino a vivirla por medio del amor y la piedad.
       Por esto es que en Marcos 12 resume toda la ley en dos mandamientos (1) “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” y (2) “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

       Por eso es que, aunque pareciera que Jesús contradice a la ley de Moisés en muchas ocasiones, en realidad sólo vino a quitar la mirada de la religiosidad y ponerla sobre lo que de verdad importa, el amor. Así lo resume en Mateo 5: 17 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”.

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