martes, 5 de julio de 2016

¿Qué onda con el Purgatorio?

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8

       A lo largo de nuestra vida seguramente hemos escuchado hablar del Purgatorio. Ese preciso lugar en donde las almas se muestran en llamas con el objetivo de limpiar los pecados que cometieron en vida.

       Si bien, el Purgatorio es definido como un estado de purificación de las almas de aquellas personas que han muerto, en el que limpian sus almas del pecado antes de alcanzar la gloria.

       Este estado de purificación es visto como un castigo temporal previo a la vida eterna. Todos aquellos que dejan este mundo terrenal sin haber pagado por sus pecados tendrían que pasar por esta transición para poder disfrutar de la vida eterna.

       Puesto que estas almas no se encuentran libres de aquellos pecados que cometieron en vida, el Purgatorio es una forma de pago para poder estar en la gracia de Dios.

       Una vez que hemos definido lo que es el Purgatorio queda en duda si esto es verídico. La Biblia nos deja muy claro que Cristo murió por nosotros, con el objetivo de limpiar todo pecado en cada ser humano. Siendo este el caso, el Purgatorio niega el sacrificio de Cristo que nos abre paso a la vida eterna.

        De esta manera, decir que se debe sufrir por los pecados cometidos una vez que dejamos este mundo, significa el rechazo o la poca valoración del sacrificio que Cristo hizo por nosotros; un sacrificio perfecto y absoluto.

        Jesús sufrió por nuestros pecados para poder ser liberados de cualquier sufrimiento. De esta forma existe una contradicción entre el concepto del Purgatorio y la salvación que nos ha sido otorgada. Es muy importante mencionar que la vida eterna se nos otorgó desde el momento que Cristo murió en la cruz. Por consecuente, aunque se tenga la idea del Purgatorio, lo importante son las obras que hacemos en vida, pues ellas pueden ser recompensadas o pudieran afectarnos en gran medida.

        Por esta razón, es esencial saber que hemos sido salvos por medio de la fe en Cristo. Si nosotros Creemos que Jesús es nuestro Salvador, entonces la idea del Purgatorio sería meramente una idea errónea.

       Tomando en cuenta el juicio final, sabríamos que al llegar a la presencia de Dios seríamos almas que fueron liberadas de todo pecado, purificadas, perfeccionadas, y santificadas gracias al hermoso sacrificio de nuestro Señor Jesús.

       Que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 Pedro 1: 3


Por Jenny E. Medina

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