lunes, 6 de mayo de 2019

Mitos y verdades del infierno


      Es hora de hablar de ese lugar al que nadie quiere ir, y que espero que tú tengas bien declarado y grabado en el corazón, que no irás.


     Para poder empezar, hay que aclarar el término “infierno” en la biblia. Hay tres palabras que se suelen traducir como “infierno”: el “Seol”, el “Gehenna”, y el “Hades”; y en realidad, cada uno de ellos hace referencia a tres lugares diferentes (algunas versiones, si mantienen los nombres originales de Seol y Hades).
     El Hades es el lugar que en la cultura griega, es un lugar “de paso” al cual llega uno después de morir, y en la biblia es mencionado en pasajes importantes, entre ellos, Apocalipsis 20: 13, donde se menciona como un lugar en el que los incrédulos esperan el juicio final (no como un lugar de sufrimiento).
     Por otro lado, el Gehenna (cuyo nombre deriva de una zona con ese nombre, en donde sacrificaban niños al dios Moloc) es el que mejor corresponde al término de “infierno”, ya que es descrito como el lugar en que, después del juicio final, serán castigados los impíos.
     El Seol, es usado en el nuevo testamento como el equivalente al Hades. Aunque vale mencionar que se le hace referencia como un lugar del que no hay salida, y que está apartado de Dios.
    La palabra infierno, tiene su origen en el término latín “infernus” que significa “lo que pertenece a las regiones de abajo” (igual que la palabra “inferior”), debido a la relación con un infierno que se encuentra debajo de nosotros.

¿Cuándo lo hicieron?
     Muchos defienden la idea de que el infierno fue creado únicamente como contraparte del cielo, es decir ¿Cómo puede haber un cielo para recompensar, sin un infierno para castigar? Pero en realidad el infierno fue hecho debido a la rebelión de Satanás. Y no era necesario que los hombres fueran allá, ya que el plan de Dios era que viviéramos en el Edén para siempre; pero al caer en pecado, fue necesario incluir al hombre en la lista.
     También es popular la idea de que ahorita el diablo está en el infierno viéndonos desde allá y castigando a los condenados. Pero la biblia indica otra cosa, que el diablo ahorita no está allí aún, ya que el libro de Ezequiel dice que fue arrojado a la tierra, y el libro de Job explica que él ronda por la tierra, viendo a los hijos de Dios. Cuando el juicio final sea realizado, entonces sí, el diablo y los suyos serán arrojados en él; y él no será quien torture a los impíos, sino que será castigado junto con ellos.

Un poco de historia
     A pesar de que Cristo mismo describió el infierno y lo mencionó como un lugar de castigo eterno, la iglesia católica no aceptó desde sus orígenes esta idea. No fue hasta el siglo V cuando San Agustín, en su libro “La ciudad de Dios”, mencionó que era necesario que el infierno fuera un lugar de castigo, ya que el pecado era una ofensa infinita contra Dios, y entonces sí tomó popularidad esta idea.
     En realidad, en cuanto se comenzó a popularizar la idea del infierno como lugar de castigo, empezaron a surgir también personas que decían haber estado allí, y aunque muchos juzgan tajantemente si es o no es cierto, y aunque muchos prefieren no opinar, la realidad es que todos los que dicen haber estado allí, lo hacen con el fin de evitar que la gente llegue a él como destino final.

¿Cómo es?
     La biblia no ahonda mucho en los detalles de cómo es el infierno, aunque si se mencionan cosas como el “fuego que nunca se apaga”, el “lago de fuego” y el “lloro y crujir de dientes”.
     Algunos cuestionan si el infierno es un lugar real o sólo se menciona de manera figurada. Obviamente el infierno es mencionado como un lugar real; Cristo menciona en Mateo 10: 28, que en el infierno se castiga tanto el alma como el cuerpo, lo cual requiere forzosamente un infierno real y no figurado.
     Aun así, se mantiene la idea de que, aunque el infierno sea real, los castigos reales no sean precisamente los que se mencionan en la biblia, basándose en la idea de que “así como el verdadero cielo es mucho mejor de lo que se menciona en Apocalipsis, el verdadero infierno es mucho peor de lo que se menciona en los evangelios”.
     Para usos prácticos, no es necesario estar seguro de todas las ideas planteadas; lo mejor es no ir allí. Cristo mismo dijo que el infierno es real, y que allí se castiga eternamente alma y cuerpo; y Cristo nunca habló nomás por hablar o de juego.
Aunque muchos juegan hoy con el tema del infierno, lo usan para nombres de canciones, bandas, pandillas, y hasta bares o restaurantes, incluso dicen “estoy viviendo un infierno” sin de verdad saber lo que es el infierno.
     Tan real es el infierno, que Cristo murió y resucitó sólo para evitarte ir allí. Créele a él.

El diablito (mejor conocido como Satanás)


Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. (Ezequiel 28: 12-14)


       El príncipe de las tinieblas hoy tan conocido en todo el mundo como ¨Diablo¨, es un ángel que fue creado por Dios, perfecto, sabio y hermoso. Vestido en joyas de todas las más preciosas, preparados estaban tambores y flautas en su llegada, colocado en el monte de Dios. Se podría decir que era la envidia de cualquiera, por haber recibido tanta consideración por parte del señor. ¿Qué sucedió?
       El demonio se ve destituido de la gracia del señor al encontrarse maldad en él y creerse semejante a Dios, al parecer la perfección no le basto y quiso un poco más. Entonces lucifer opta por abandonar el cielo y llevarse con él a ángeles disidentes que le sirven; los ¨ángeles caídos¨, renegados que tampoco están conformes con lo que se les dio.
       Al leer Isaías 14:14 podemos conocer un poco del pensamiento que llevó a cabo todos estos hechos, ya que al asemejarse con el altísimo, denota lo mal agradecido que fue con Dios habiendo recibido sólo lo mejor por parte de Él, aunque este comportamiento no sea exclusivo de satán. Por ejemplo el tan conocido ¨síndrome de Dios¨, que hoy en día azota a los Doctores al creer que ellos pueden salvar las vidas que Jehová no.
       ¨Su poder¨ es preciso mencionar el poder del rey de la mentira y cómo lo usa, para poder estar preparados: el miedo, el engaño y la tentación. Son sus armas predilectas para hacernos caer en pecado. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (2 corintios 11:14) En ocasiones es muy difícil discernir entre algo bueno y algo que parece bueno aun sabiendo que el mismísimo lucifer se viste de luz, como consejo cuando no encuentres la diferencia, ponerlo en oración siempre ayuda.
       El enemigo conoce la biblia de memoria y sabe de antemano que no existe hombre que no tenga pecado, sólo es cuestión de tiempo para que conozca el que nos está sofocando y lo utilice, nadie está exento de ser atacado; sólo basta recordar los tiempos de Jesús y su retiro al desierto, donde aun sabiendo quién era su oponente y conociendo de antemano el resultado, belcebú no reparó en intentarlo y tentó al hijo de Dios. Es sabido que un adversario que no tiene nada que perder es más peligroso.

El infierno
       Interesante visión la que se nos viene a la mente cuando hablamos de este lugar, el mundo se ha encargado de presentarnos un sitio donde hay lava, hace mucho calor y luzbel manda y atormenta a placer a todos los impíos inmisericordes del perdón del Cielo. Contraviniendo así lo escrito en (Mateo 25:41) donde se puede leer para quién fue creado el infierno y quiénes lo habitarán por toda la eternidad. Este lugar es el sitio de retiro que el maestro preparo para aquel que a sus hijos pervierte y todos aquellos que le siguen, donde se dará el crujir de dientes eterno y arrepentirse no servirá de nada.
       Pero su paradero actual es el mundo y vaga por él en busca de nuevos inquilinos para que moren con él en el averno.
       Reflexión: Hay algunas cosas que debemos recordar. Nunca tomarlo a la ligera: aun sabiendo que Dios nos protege nunca debemos bajar la guardia, teniendo en cuenta que el maligno nos acecha como león rugiente, esperando el momento para hacernos perder la idea de Dios. Un padre siempre defenderá a sus hijos porque son su más grande tesoro, así a su vez los hijos de Dios son el objetivo y están siendo arrebatados del camino, como evidente declaración de guerra en contra de lo que el todopoderoso representa y los que le siguen.
       Ya está vencido: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4). Apocalipsis 17:14 también lo deja muy claro, porque ¨Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá¨; no importa la lucha que se libre, lo mucho que dure y las huestes innumerables de ángeles caídos que el innombrable lleve al campo de batalla. Conocemos el resultado. Amén.
       Ponerse la armadura de Dios: Tatuar pues la verdad, la justicia, la paz, la salvación, la fe y el espíritu en su corazón, así estarán preparados para cualquier ataque del enemigo.

Llegar a la meta

Aunque todos en la vida tenemos metas que esperamos lograr, no todos hacemos algo por alcanzarlas. Hay quienes luchan por ellas, y quienes se sientan a esperar que lleguen solas.
       Bíblicamente hablando, podemos hacer un pequeño recuento de las metas que algunos personajes se propusieron ¿Quién sí las logró? ¿Quién no? ¿Por qué? Veamos un poco:







       Te invito a darte cuenta que todas tus metas deben estar ligadas a las metas que Dios. Todos los hombres que acabamos de ver, tuvieron metas personales, pero éstas eran guiadas por la meta de Dios ¿Cuál es la tuya? Te puedo decir que una es llevar el evangelio (no lo dudes), pero Dios tiene otra meta especial para que únicamente.