jueves, 26 de septiembre de 2013

La belleza de los proverbios

Hay dos libros en la biblia que me cautivan y me obligan a leernos una y otra vez. Uno de ellos es el de Proverbios, el cual he vuelto a leer recientemente y, sin lugar a dudas, me he convencido que amerita ser leído por todos.

¿Y ahora por qué?
     Primeramente me gusta la idea de comenzar explicando la gran utilidad que tienen los Proverbios.

       Bien es cierto que sirven para toda ocasión: para el matrimonio (11: 22), la paternidad (22: 6), el trato con los animales (12: 10), los modales a la mesa (23: 1-3) y la administración del dinero (23: 4-8), entre otras cosas1. Pero el mismísimo autor nos lo expone básicos beneficios en los primeros 7 versículos, y aquí trataremos de explicarlos un poco (sólo algunos, no todos):

    1) Para entender sabiduría y doctrina… (1: 2). Antes que nada, los proverbios no nos regalan la sabiduría, en realidad nos ayudan a entenderla. No es lo mismo, pues como más adelante dice, “¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, no teniendo entendimiento?” (17: 16).

    2) …para conocer razones prudentes (1: 2). Es bastante importante esto, pues, ¿Quién no se ha topado con un necio que, sin querer ceder ante la realidad, se niega a aceptar que está equivocado? La humildad que nos da el conocimiento de los proverbios ayuda, además, para entender razones prudentes.

    3) Para recibir consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad (1: 3). Cuán bello es este concepto, que junto al siguiente versículo se unen a la perfección. Si todos los jóvenes y simples (yo consideraría a casi todo el mundo como parte de los “simples”) leyeran a conciencia los proverbios, tendrían mejor juicio, con mayor justicia y equidad, equilibrando sus decisiones en la balanza de Dios, y no en su propia prudencia (3: 5). Los jóvenes tendrían mayor inteligencia y cordura, y los simples, más sagacidad (que con cuánta falta nos hacen jóvenes inteligentes y gente sagaz).

    4) Oirá el sabio y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo (1: 5). Si alguien que lea esto, piensa (o pensaba) que ya lo sabe todo y está “muy chilo”, entonces también necesita leer proverbios. Volvemos al tema de tu propia prudencia. Los proverbios nos ayudan a darnos cuenta que el saber (y sabiduría) viene de Dios, y que siempre tienes un buen consejo que escuchar, cosas que aprender, experiencias que tomar y una relación con Dios para mejorar.

       Finalmente concluye la lista diciendo la sentencia máxima que resume todo el libro: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (1: 7). No hay para dónde hacerse; si eres un insensato (o un “mero tonto”2) entonces no leas los proverbios.

"El chilo de la movie"
       Vale mencionar que proverbios tiene dos protagonistas: la “Dama Sabiduría” e “Insensatez, la Ramera”. Aunque constantemente las podemos ver con apodos; ya sea “la mujer de tu juventud”, o “la mujer extraña”.

       Por lo visto, ambas mujeres ofrecen su amor al lector. La sabiduría, como es de esperarse, se ofrece abiertamente en las plazas y calles (1: 20), mientras la insensatez (consciente de su inutilidad) hace las cosas a escondidas (7: 9) y miente o engaña al atraer (7: 19).

       Aunque los consejos que da respecto a ellas, pueden aplicarse a verdaderas prostitutas, y verdaderas esposas, no están escritos para que el lector se aleje o ame a dichas mujeres, sino para que rechace la insensatez y ame la sabiduría.  

Léase bajo su propio riesgo
       A pesar de tanta belleza, se debe tener cuidado al leer los proverbios. Se nos advierte que los proverbios pueden ser mal utilizados por los necios (26: 7). Podemos recordad el caso de los amigos de Job, quienes queriendo ayudar, y queriendo agradar a Dios, creyeron usar proverbios sabios para exhortar a Job, pero en realidad, utilizaron mal varios proverbios.

       No he querido hablarte de los proverbios estructuralmente, hablando de las tres secciones en que parece dividirse, de sus distintos autores, de la naturaleza de los proverbios o su aparente influencia egipcia. Mejor he querido platicarte, “así de cuates”, lo que son los proverbios, y el por qué me han cautivado a mí. Espero los leas próximamente (aunque ya los hayas leído antes) y descubras la belleza que guardan en cada versículo.

Por Fernando Castro

Sólo se mencionó un versículo por utilidad, pero contiene diversos pasajes respecto a cada uno.
La Traducción del nuevo mundo de las Sagradas Escrituras dice: El temor de Jehová es el principio del conocimiento. La sabiduría y la disciplina son lo que han despreciado los meros tontos.

Las amistades más relevantes de la Biblia

La amistad va más allá de convivir juntos la mayor parte del tiempo, este sentir conlleva cuidados para que sea una relación afectiva y por supuesto, efectiva. Una buena amistad denota un cambio positivo en la vida del ser humano.

      Una historia digna de estas características es la ya conocida historia de David y Jonatán (Samuel 18, 19 y 20). La amistad entre David y Jonatán se basa principalmente en el amor. Este sentimiento trasciende, pues la felicidad de Jonatán ya no era propia, sino que hizo la felicidad de David como la suya y “lo amó como a sí mismo” (Samuel 18:1). Jonatán siempre estuvo dispuesto a ayudar a David hasta el último momento, incluso por encima de su propio padre: Saúl, quien quería matar a David, pero Jonatán no lo permitió, salvando así a su amigo.

      La amistad de David y Jonatán denota la importancia de amar a un amigo sin importar las circunstancias. Compartir lo que posees para ayudar a un amigo en problemas, buscar diferentes maneras para encontrar una solución a las dificultades y protegerlo de cualquier daño que pudiera sufrir.

      Otra historia que nos comparte el valor de la amistad es la de Job y sus tres amigos: Elifaz temanita, Bildad  suhita y Zofar naamatita (Job 2:11-13). Esta historia es emotiva, ya que cuando Job más lo necesitaba en su momento de angustia y tragedia, sus amigos estuvieron presentes para él. El consuelo que le brindaron los tres amigos a Job demuestra que una amistad se hace más fuerte en los momentos más
difíciles. Los buenos amigos dedican el tiempo que sea necesario para estar contigo y apoyarte, de tal manera que tu carga no sea tan pesada. La historia de Job es un vivo ejemplo de una amistad forjada a base de solidaridad. No hay mejor amistad que aquella en la que pones la relación en manos del Creador y la que está basada en la fe. En algún momento de angustia y dolor, el orar y poner la situación en manos de Dios, todos juntos como equipo, ayuda a fortalecer una amistad sincera, tal y como lo fue la de Job y sus amigos.

       Una persona puede estar atravesando por un momento muy difícil; de esta manera, el buen amigo sabe ser paciente y espera el momento indicado para hablar u opinar sobre la situación. Un dato muy importante es que el buen amigo nunca comienza a reprochar o a opinar imprudentemente, sino que sabe esperar.

       Otra enseñanza que nos deja la historia de Job es que, por más difícil que sea una verdad, es mejor decirla. Un buen consejo es bien recibido entre amigos y toma cierto valor. Apoyar al amigo no significa estar de acuerdo en sus errores, sino ayudarlo a que él sea consciente del mismo y reconozca que hace mal. Es muy difícil hacer entrar en razón a una persona, y más si la situación es grave, pero el buen amigo te asistirá en esos momentos, manteniendo la pureza de la verdad. En estos casos, el respeto es sumamente importante, ya sea un acontecimiento positivo o negativo, pero jamás se deberá aprobar la maldad o el error. Otorgar esta ayuda a esos amigos que más lo necesitan les será de gran utilidad en el futuro; ten por seguro que los estarás apoyando de tal manera que les ayudes a edificar y enderezar su camino. Los buenos amigos siempre desearán que tú descubras lo mejor de ti.

       El libro de Proverbios contiene varios versículos que nos ejemplifican lo que es la amistad, entre ellos está el más conocido, Proverbios 17:17 “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia”.  (Véase para más ejemplos: Proverbios 18:24, 19:4, 27:10)

       En el Nuevo Testamento, Jesús fue amigo de varias personas. Un ejemplo de las amistades de Jesús es la de Lázaro y sus hermanas (María y Marta). Cuando Jesús se enteró de la enfermedad y muerte de Lázaro, se conmovió, pues lo amaba tanto; acto seguido lo resucitó.  Esta amistad nos deja una lección muy importante.
Un buen amigo ayuda en todo momento, está presente en la necesidad del compañero y el cariño es infinito. Él mismo nos demostró que la amistad se le puede brindar a cualquier persona, apoyando los sentimientos, los valores y las ideas que se presentan de una manera positiva. La amistad que brindó Jesús fue un acto de nobleza y él nos enseñó que la amistad que está basada en el amor y la Palabra de Dios, es la relación más efectiva que una persona pueda poseer. Lo más asombroso es que Jesús sigue siendo nuestro amigo hoy en día.

       Él puede ser tu mejor amigo si lo aceptas en tu corazón, y de esta forma tú verás que este sentimiento es real y puro. Él es la viva imagen de una amistad verdadera que va más allá de todo lo que conocemos en este mundo, pues su amistad nunca termina. Él siempre está ahí para ti, esperando que le permitas demostrarte todo el amor de una amistad sin límites.

       ¿Estás listo para abrirle las puertas de tu corazón, permitirle que sea tu amigo, y que forme parte de tu vida?

        Las historias que se mencionaron  nos demostraron que la buena amistad es amar tanto como si nos amáramos a nosotros mismos. Recuerda que en una buena amistad debe de fomentarse el respeto, la ayuda, la solidaridad y sobre todo el amor. Es tiempo de reflexionar estas historias y de comenzar a ser un buen amigo el día de hoy considerando esas cualidades.  

Por Jenny E. Medina